Flying Blue

En estas líneas se refleja el constante choque entre dos mundos: los barrios de hormigón y las ventanas de los aviones. Abajo, el ruido de las calles, los reflejos de las luces y las historias que rara vez tienen un final feliz. Arriba, las nubes, la clase business y las millas de bonificación, que se convierten en un símbolo de un espacio arrancado, donde se puede respirar profundamente.

Suena como si la fiesta en la cabeza continuara incluso cuando todo a tu alrededor es demasiado serio. «Everyday c’est very good» suena como un lema: que sigan los problemas, que los envidiosos deambulen por el vecindario, pero el contador de millas sigue girando, la vida sigue adelante y la sola idea de volar se convierte en una forma de libertad. No se trata de lujo por ostentación, sino de la capacidad de convertir incluso el caos en vacaciones.