PARISIENNE

Huele a noche parisina: asfalto húmedo, perfume con notas de vainilla y un ligero cansancio por ser de nuevo "demasiado hermoso para ser solo una tarde". Ella cruza la calle con el semáforo en verde, sin mirar a los lados. No porque sea descarada, simplemente sabe que la ciudad cederá ante ella de todos modos. Todo gira en torno a esa mirada, un poco perezosa, un poco burlona. Para algunos está en favoritos, para otros en sus pensamientos, pero no le pertenece a nadie. En el ritmo de la canción hay esa despreocupación parisina especial: un poco de elegancia, un poco de drama, y justo la cantidad de autotune para ocultar la verdad bajo un envoltorio brillante. La parisina aquí no se trata de geografía, sino de un estado de ánimo. Prosecco frío en lugar de planes, faros en lugar de estrellas y la certeza de que si esta noche sucedió, entonces es el evento principal de la semana.