怪盗

La canción suena como una escapada romántica de un mundo aburrido, no en un taxi al barrio de al lado, sino en un vuelo sobre las luces nocturnas de la ciudad. Aquí todo brilla como el escaparate de una joyería: las ciudades se convierten en piedras preciosas, los arcoíris se entrelazan en el aire y el viento primaveral se convierte en un conducto hacia otra dimensión.

Hay en ella una ligera audacia, como la del héroe de un cuento de hadas que no roba oro, sino el corazón de alguien. Pero en esta audacia hay calidez: no se trata de un secuestro, sino de un rescate de la monotonía cotidiana. Es una canción que invita a creer que nada es imposible si se tiene cerca a esa persona por la que uno está dispuesto a saltar por encima del tejado y partir el arcoíris por la mitad.