Magic

Suena como si el cansancio habitual hubiera decidido ponerse guapo y salir a la discoteca. La canción está llena de luz - ya sea «el resplandor del día» o «el crepúsculo eterno» - y el estado de ánimo oscila entre querer esconderse bajo la manta y bailar para borrar todas las máscaras del rostro.

Las palabras parecen bromear con el dolor: en lugar de una filosofía dramática, hay una espada de juguete y un dragón arcoíris; en lugar de melancolía, hay una propuesta de simplemente «divertirse con la magia». El resultado es una mezcla de autoironía y frágil esperanza, donde incluso el pensamiento más amargo se presenta con el coro «いいよ, todo irá bien». Y realmente se cree que, si el mundo no es perfecto, al menos se puede hacer que brille al ritmo de la música.