NINAO

Parece que todo ha pasado ya: la noche, el ruido y ese extraño temblor en los dedos, como si fueran cuerdas bajo la piel. Pero por dentro todo sigue vibrando: en silencio, sordamente, casi con ternura. Palabras francesas, sonidos coreanos, como si dos mundos se hubieran encontrado por casualidad en un mismo corazón y hubieran decidido no explicarse.

Un poco humeante, un poco vintage, un poco desesperadamente hermoso. En algún lugar entre el arrepentimiento y el último sorbo de vino después de la fiesta, cuando ya no importa quién tenía razón. Solo la música respira, como si recordara lo que ya no se puede decir.