SPIDER

El estruendo veraniego de los bajos, el aroma del asfalto quemado y la certeza de que todo el mundo está ahora bajo los focos. Aquí no hay lugar para la modestia, solo gafas de espejo, aviones, marcas y la ligera sensación de que la vida es un espectáculo, no un paseo. Todo es excesivo: las emociones, el estilo, las ambiciones. Incluso el amor es como un trofeo, brillante y un poco superfluo, pero por eso mismo aún más deseable. En estas líneas no se percibe cansancio, sino entusiasmo: el de ser visible, ruidoso, uno más en este ajetreo caluroso, donde cada día es como el cartel de una fiesta que no te puedes perder.