BOW AND ARROW

A veces, las canciones suenan como una carrera contra tus propios sueños: cuando las zapatillas ya están gastadas, te falta el aliento, pero delante de ti sigue parpadeando una luz que es imposible no perseguir. Aquí no hay paseos tranquilos: todo avanza a toda velocidad, con sacudidas, con impulso, con el deseo de llegar más lejos de lo que permiten las fuerzas.

En esta música se percibe la madurez, esa extraña sensación que se tiene cuando empiezas a comprender que ser fuerte no significa ocultar las debilidades, sino ir de la mano con ellas. E incluso si el camino conduce a lo inalcanzable, vale la pena correr, porque el vuelo en sí mismo se convierte en la respuesta. La canción nos recuerda que el sueño no es un destino, sino el fuego que nos empuja a no detenernos.