感電

Aquí todo gira en torno a la sensación de que la vida es una carretera nocturna en la que nadie conoce la ruta, pero la velocidad es tal que el viento te deja la mente en blanco. La canción huele a gasolina, a cartera perdida y a discusiones tontas que solo sirven para reírse de ellas después, como si fueran una página de un manga.

En cada estribillo hay emoción: quemar el momento hasta el final, mientras el corazón aún se estremece con cada latido. En cada estrofa hay una burla a las aburridas reglas y la certeza de que incluso en la noche más absurda se puede encontrar una chispa. Aquí no hay juramentos eternos, pero sí el deseo de volar como un rayo y aprovechar los momentos felices antes de que desaparezcan. Y en esta locura hay algo realmente honesto: no planificar, no mirar atrás, sino simplemente recorrer el camino juntos, hasta el final.