In Your Hands

Los recuerdos a veces no llegan como fotos en un álbum, sino como un sonido: claro, fresco, casi infantil. Al principio hay mucha ingenuidad: el corazón está abierto de par en par, la respiración se acelera con el primer entusiasmo y parece que solo hay maravillas por delante. Luego, el camino se hace más largo, el jardín crece, aparecen las pérdidas y las oraciones antes de dormir. Pero, aun así, en el interior suena esa misma voz que promete: en cualquier circunstancia, hay unas manos en las que cabe todo el mundo. Y en ello hay una extraña tranquilidad, como si, incluso cayendo, acabaras siendo atrapado.