Nie bój się bać

Como si la vida hubiera quitado el filtro de la imagen. Todo de repente es más brillante, más fuerte, más honesto. Aquí no se trata de fama ni de honorarios, sino de lo que se siente cuando vuelves a sentir viva cada célula. Cuando los viejos sueños ya no asustan, sino que simplemente te toman de la mano y te llevan a donde el sol brilla descaradamente, directamente a los ojos. En esta banda sonora no hay pose, hay emoción. Un poco de descaro, un poco de ingenuidad infantil, y ese estado en el que el mundo gira al ritmo de los latidos de tu corazón. La abuela, para quien es más importante que comas y no te olvides de llamar, es aquí la medida del sentido común en medio de la ruidosa locura del éxito. Todo lo demás es una ligera euforia en la que finalmente puedes dejar de demostrar algo y simplemente bailar.