シャッター

La película de la memoria sigue haciendo clic, incluso cuando la cámara ya se ha guardado en el estante superior. Donde antes había filtros, marcos y likes, solo quedaron lágrimas y un olor que es imposible de retocar. El amor también es como una fotografía: al principio parece que ahí está la luz perfecta, y luego te das cuenta de que te esforzaste demasiado por enfocar, y olvidaste simplemente mirar. Y ahora todas esas fotos parecen un poco extrañas, como si otra persona estuviera sonriendo con tu sonrisa. Quería guardar, pero resultó borrar. Pero tal vez no se trata de que la toma no saliera bien, sino de que ciertos momentos no se pueden filmar. Solo se pueden vivir, hasta que el destello se apague.