Like a Flower

A veces quieres ser una rosa, pero terminas siendo un diente de león entre baldosas. No es glamuroso, pero es auténtico. El mundo que nos rodea ruge, brilla, clava sus espinas en aquellos que no tuvieron tiempo de ponerse la armadura. Y en algún rincón de la calle, bajo un letrero de neón y un cielo cansado, florece una pequeña y torpe flor, no para obtener likes, no para ser admirada, simplemente porque está viva. Aquí el dolor no se dramatiza, se vive al ritmo de los beats. Las pequeñas astillas se convierten en grandes pruebas, pero incluso en ellas hay brillo: la oportunidad de crecer sin perder las raíces. Incluso la despedida suena como una mejora, y la soledad, como un escenario antes del siguiente acto. Y aunque nadie recuerde el nombre, lo importante es otra cosa. Que en algún lugar, sobre el asfalto frío, ya había comenzado una historia. Modesta, elástica como un tallo que brotó a través del hormigón y se llamó simplemente: flor sin nombre.