TO DLA CIEBIE

El dulce sabor del éxito siempre tiene un ligero regusto amargo, sobre todo cuando te das cuenta de que no todo es para ti. El motor ruge, los caballos se lanzan hacia adelante y el asfalto bajo los pies parece derretirse por la ambición. En el interior huele a cuero, sudor, dinero fresco y una marca francesa que nadie necesita aquí, pero que de todos modos es imprescindible.

Aquí no se presume, aquí se demuestra. A uno mismo, a los demás, al mundo, que desde la nada también se puede salir a la luz, aunque sea con una tracción desgastada y el alma agotada. En las voces se nota el cansancio del patetismo, pero también se trasluce la ternura, porque en esta armadura hay lugar para el amor. Pero no el amor de las rosas y las velas, sino el amor en el que la frase «para ti, no para mí» suena como una confesión hecha entre el ritmo y el estruendo del escape.