Blowing Smoke

Suena como una revisión de viejos sentimientos con un toque de ironía mordaz, como si alguien finalmente hubiera tirado las camisas ajenas del armario y, al mismo tiempo, silbara en voz alta. Aquí no se trata del dolor, sino de la claridad: cuando sabes todo sobre una persona, incluida su postura favorita en el sofá y su debilidad por las frases efectistas, y ya no tiemblas por ese conocimiento. El amor es cosa del pasado, pero las observaciones permanecen: agudas, acertadas, con esa perspicacia femenina que te hace querer reírte o aplaudir de pie.

La canción parece de esas que se escuchan mientras se limpia el piso después de una ruptura: el polvo vuela, las ventanas están abiertas de par en par, los labios cantan cada línea. Y en algún lugar entre el dolor de la ofensa y la sensación de alivio, de repente se vuelve divertido, porque todo esto ya es cine, no vida.