CHCIAŁBYM ZAKOCHAĆ SIĘ

Las palabras aquí fluyen de forma irregular, como los pasos tras una noche de insomnio. En cada estrofa hay un humo cansado por los intentos de arreglar la vida y, aun así, encontrar algo brillante, aunque sea en el fondo de la copa. La música está húmeda, como la calle después de la lluvia: cruje un poco bajo los pies, enfría un poco, pero en algún lugar bajo esta grisura se esconde un extraño deseo, casi infantil: arriesgarse una vez más, enamorarse una vez más. No es patetismo, sino un cansado reconocimiento: sí, hay muchos errores, pero el corazón sigue latiendo al ritmo, pidiendo una oportunidad para la suavidad.