Tanpa Pesan Terakhir

La memoria a veces se comporta como un disco obstinado, se atasca en una pista y no la suelta de ninguna manera. La melodía es simple, las palabras son claras, pero por eso duele más: como si alguien todavía estuviera en el umbral, aunque se haya ido hace mucho. En el aire hay una huella silenciosa de pérdida, en la voz una ternura que ya no tiene dónde posarse. Y aunque los pasos hace tiempo que se apagaron, aún resuena la sensación de que el corazón sigue esperando a que la puerta se abra de nuevo, aunque solo sea por un par de compases.