Llora Llora

A veces, las lágrimas son lo único que sale sinceramente desde dentro. Sin filtros, sin poses. Solo sal, cansancio y un poco de luz en el fondo. El mundo, por supuesto, finge que todo está bajo control, pero basta con parpadear para que se escape un mar entero por debajo de los párpados. No se trata de debilidad, sino de supervivencia.

En este sonido hay como una infancia en blanco y negro, empapada por la lluvia, y una edad adulta que huele a hierro. La arena del tiempo cruje entre los dientes, y por dentro hay una revolución silenciosa: llora mientras puedas. Porque después tendrás que volver a reír, a ganar dinero, a recomponerte poco a poco. Y quién sabe, tal vez de esas lágrimas nazca algo vivo.