PT Cruiser

Huele a vinilo calentado y a perfumes ajenos en el asiento de un viejo PT Cruiser, el mismo en el que una vez comenzó un gran amor, ahora convertido en un nostálgico remix. Los recuerdos afloran como una vieja película, un poco ruidosa, pero aún cálida: el verano, las carreteras sin aire acondicionado, las bromas tontas y esa sensación de que la vida estaba a punto de comenzar.

Ahora todo es diferente: un poco de tristeza, un poco de ritmo, un poco de falsedad en la voz... y, aun así, dan ganas de subir el volumen. Porque en cada «wish I never knew ya» no se oye arrepentimiento, sino reconocimiento, ya que si no fuera por esos viajes, esas conversaciones, ese calor, no existiría esta melodía. Y tal vez tampoco el sabor de la juventud, que por alguna razón todavía recuerda a la gasolina y al Lipton pegajoso con hielo.