Don't Worry

A veces, todo a tu alrededor parece desvanecerse: las personas, los días, incluso el cielo se vuelve gris y apático, como una camiseta vieja después de cientos de lavados. Pero hay una voz que te dice con calma: «No temas, todo estará bien». Y de repente empiezas a creer. Porque en algún lugar ya se está encendiendo el motor, alguien viene hacia ti, simplemente para dar una vuelta por la ciudad nocturna y guardar silencio bajo el ruido de los neumáticos y las escasas luces.

Es como una manta para el alma, una promesa sencilla y ridículamente sincera: no te abandonaré. No te salvaré, no te curaré, solo estaré a tu lado mientras el mundo se derrumba. Y ya no da miedo, aunque el cielo se caiga, porque hay alguien con quien no hay que mantener las apariencias. Solo el viento, las carreteras y un cálido «no te preocupes».