Duruyor Mu Yerinde

Hay noches que parecen quedarse estancadas entre «todavía te quiero» y «ya es tarde». En ellas todo está en silencio: incluso los pensamientos caminan de puntillas para no despertar lo que hace tiempo que se fue. El aire es denso, como el humo después del último cigarrillo, y parece como si el recuerdo mismo estuviera sentado frente a ti, con tu camisa, con tu olor, con esa misma mirada obstinada.

Y aunque las excusas hace tiempo que se acabaron y las conversaciones con el pasado se han vuelto incómodas, estas historias siguen vivas en tu interior: sin decir, sin amar, sin perdonar. El destino, como una mancha de tinta, ha dejado en el rostro una ligera sombra de lo que una vez se llamó «nosotros». Y no comenzará ningún nuevo capítulo hasta que deje de doler esta línea.