Brace For Impact

El ruido del metro, los graves que te llegan directo al pecho y el ritmo que te hace querer caminar más rápido de lo que deberías. Todo a tu alrededor se convierte en la banda sonora de tu propio movimiento, un poco caótico, pero lleno de vida. Aquí casi no hacen falta palabras: «Heat», «Let’s go»... y eso es suficiente para que el cuerpo entienda por sí mismo qué hacer.

Cada pausa es como una inspiración antes de saltar, cada compás es como un empujón hacia adelante. La música te sacude como un metro a toda velocidad: a veces es oscura y sorda, otras veces estalla con luz. No es solo una pista, es un impulso que te hace imposible quedarte quieto. Todo hierve, late y te llama al movimiento, allí donde está el calor, el ruido y la vida a todo volumen.