Hello

Una fiesta ruidosa, donde incluso el saludo se convierte en un grito de guerra. Todo brilla a tu alrededor: el cuerpo, las joyas, la confianza... e incluso la envidia ajena funciona como una luz adicional en la pista de baile. En cada línea se escucha un complaciente «mira cómo se hace correctamente», y no tiene sentido discutir: el carisma suena más fuerte que cualquier argumento. La música suena como una tostadora a máxima potencia, y el repetitivo «hello, it’s me» se convierte en un mantra: atrevido, divertido y tan obsesivo como el estribillo, que después de la fiesta seguirá sonando en tu cabeza hasta la mañana siguiente.