Friends Don't

Una cercanía incómoda, tomada de la amistad: calor cerca, y al mismo tiempo, como si todo estuviera en pausa. Las palabras se susurran tan bajito que solo queda mirar: con los ojos, los labios, el borde de la palma de la mano; todo lo importante ocurre fuera de las reglas oficiales. El estribillo funciona como una confesión en voz baja: sabes que habrá dolor, pero aun así te lanzas a este juego, porque lo prohibido siempre sabe mejor.

Hay también una pizca de ironía: «friends don't» suena a veces como una prohibición, a veces como una excusa. Para esas noches en las que quieres estar cerca sin garantías, y ceder un poco a tu propia debilidad.