Descripción
El silencio seco y profundo tras el golpe del destino, cuando todos los talismanes del mundo de repente se vuelven inútiles. Ni tréboles, ni patas de conejo, ni monedas en el fondo del cubo, solo ojos húmedos que se llenan obstinadamente de lágrimas. El amor aquí suena como un premio gordo ganado y perdido al instante: brillaba como el oro, pero en las manos solo quedó una bolsa de carbón. Imágenes sencillas y rurales: sombreros de paja, camas vacías y dados «afortunados» rotos. Y en este humor amargo hay una verdad: a veces toda la suerte de la vida está concentrada en una sola persona.
Letra y traducción
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