Descripción
A veces, el dolor no viene con un grito, sino con un suave acento albanés. Como si alguien simplemente no hubiera respondido a la llamada. O hubiera borrado su nombre, pero dejado el aroma de su perfume en la almohada. Esta canción suena como el monólogo interior de alguien que primero perdonó, luego comprendió y, finalmente, cambió de opinión. En algunos momentos es directo, como una conversación callejera en la entrada de un edificio. En otros, es tierno, casi un susurro, como si las palabras no fueran para los oídos, sino para la memoria. Aquí se ama de verdad, se enfada con sinceridad y se perdona... solo en teoría. Y sí, si se pudiera volver atrás, nadie haría «gabime». Pero la música, al igual que los sentimientos, devuelve incluso lo que ya no debería doler.
Letra y traducción
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