Facelift

A veces, lo único que se necesita es poner una canción y permitirse cinco minutos de caos. Uno de esos en los que la lógica se va a comer y el estilo se va de fiesta a las tres de la madrugada. Donde «Ferrari» no es un coche, sino un estado de ánimo al que le importan un comino los tipos de cambio y la estabilidad. Los ritmos son como si alguien hubiera tirado una caja de bolas de bolos, pero con mucho ritmo. La letra parece estar compuesta por fragmentos de conversaciones callejeras, sueños y el resto de bater ía de u n m ensaje d e v oz. Aq u í, cada d o s ve r s os s e p uede n u s ar pa r a pel e ar o p a ra b a il a r. O m e jor a ú n, p a ra ambas c o sas a l a ve z. Est a m úsic a no e s par a e n t end e rla. Es mú s ica par a pon e r a tod o volumen, pone r se alg o brillan t e y salir di s pa r ado hacia lo s pr o ble m as sin p es t a ñ ear. Al fin y al c ab o, no h a ce fal t a s aber la ru t a si vas en un Ferrari.