Rossetto e caffè

En el aire flota un aroma mezclado de tabaco, perfume y un arrepentimiento tardío. Todo está dicho, pero los dedos siguen estirándose hacia el teléfono como si allí estuviera escondida la oportunidad de recuperar el pasado al menos por una llamada. La voz tiembla, la risa suena un poco falsa, y en el pecho aún da vueltas ese mismo "de repente responderá". El sabor en los labios es un recordatorio de ella: café semidisuelto, una mancha de lápiz labial y un poco de locura. Un amor que no muere, sino que simplemente se convierte en la costumbre de respirar su nombre. Y por mucho que le sirviera en la copa, la embriaguez seguía siendo dulce, amarga, impotente, como una promesa pronunciada demasiado tarde.