Eylülzede

Como si el otoño hubiera decidido hablar con voz humana, suave pero obstinada. El aire huele a piedra mojada, y la luz de la luna se esconde en ojos ajenos, como si le diera vergüenza mirar directamente. Todo a nuestro alrededor respira pérdidas, no amargas, sino inevitables, como la respiración entre palabras que nadie dijo. La música fluye como una gota de lluvia por el cristal: primero ligera, luego más pesada, hasta que se precipita hacia abajo junto con el recuerdo. En cada sonido hay la frescura de septiembre, en cada acorde la fatiga de que tanto el amor, como el dolor y la vida misma, siempre regresan al lugar donde todo comenzó.