Dimana Cinta?

A veces los sentimientos se comportan como gatos: se sientan en el alféizar del alma, miran por la ventana y se quedan callados. No es porque se hayan ofendido, simplemente necesitan un poco de aire y tranquilidad. Todo parece estar en su lugar: las promesas se han hecho, las manos recuerdan el calor, y las conversaciones de repente se vuelven cautelosas, como pasos sobre el hielo matutino. Y parece que nadie tiene la culpa, simplemente el amor decidió ser un poco introvertido. En este sonido hay una ligera confusión, como si el corazón se hubiera tomado a sí mismo por sorpresa. No sé si todo está bien o no, pero quiero creer que detrás del silencio no se esconde una tormenta, sino simplemente una pausa cálida entre palabras. Porque a veces incluso el amor se cansa de ser dramaturgo y solo quiere sentarse a respirar.