Kubahagia

En algún momento, todo a su alrededor parece dejar de tener prisa. El aire se vuelve más suave, el tiempo más amable. El sol no quema, simplemente brilla, y por alguna razón eso es suficiente. Ningún gran logro, solo un día tranquilo. En el pecho late con calma la certeza de que ahora mismo, aquí mismo, todo está bien. Cada palabra es como una pincelada ligera sobre el lienzo: un poco de calidez, un poco de ingenuidad, un poco de juventud que aún no sabe que no es eterna. Y aunque esos "mejores momentos" no se repitan, dentro queda la sensación de que la felicidad puede existir sin motivo. Simplemente, cuando vives de pie en tu propia tierra y nada te duele, ni siquiera el alma.