TAK SAMO ( PROD Jeleń)

Noche en el portal, donde el aire está denso de etanol y lo mismo vuelve en círculo: una repetición de frases gamberras y bravuconería estancada. El sonido parece golpear el pecho: rápido, punzante, sin intentos de suavizar. Aquí no hay intentos de ser bueno, solo gestos grandilocuentes, imágenes crudas y un ritmo entrecortado que hace girar la escena hasta crujir. La vulgaridad grosera funciona como armadura y como señal de silbato: "atención, hay un espectáculo en marcha - y es peligroso". La sarcástica autoconfianza se mezcla con el cansancio: en cada palabra azotadora se vislumbra el hábito de la destrucción y el patético intento de sentir poder sobre el momento. Esto no se trata de un héroe, sino de un estado donde el ruido reemplaza el sentido y la repetición es la única constante. Entre el ataque y la burla, de repente se abre una grieta humana: donde la fanfarronería se desinfla, queda la luz tenue de una bombilla y una cálida y extraña languidez de soledad. Ironía en la voz: como una luz de fondo en un diario que nunca será tierno, pero que aún así guarda sus pequeñas verdades sobre por qué todo sigue "igual".