Descripción
Un mundo donde todos los sonidos parecen haber sido quemados con hierro al rojo vivo, incluso el eco está cansado. Aquí el ritmo no salva, sino que recuerda el pulso que ya no existe. Los ecos de la ira y la apatía se funden en un ruido viscoso, como el aliento en el frío que se disuelve antes de llegar a ser vivo. En cada "no" se escucha no una protesta, sino un reconocimiento: el combustible se acabó, el motor se agotó, las emociones se durmieron. Pero lo extraño es que en este vacío helado hay una cierta honestidad. Cuando todo está muerto, la mentira muere primero.
Letra y traducción
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