Si t'étais là

Hay un silencio que es más fuerte que cualquier confesión. En ella se ahogan palabras ensayadas cientos de veces y una esperanza que ya se aburre de sí misma. Todo parece dicho, todos los papeles interpretados, pero los dedos aún se extienden hacia el teléfono, como si quedara un último "tal vez". Aquí el amor no es una tragedia ni un drama, sino un hábito, como un suéter viejo: cálido, áspero y hace mucho que perdió la forma. Y sin embargo, el corazón busca obstinadamente una razón para recordar, aunque sabe que no hay a dónde volver. Simplemente, a veces es necesario asegurarse una vez más de que "es hora de dejar ir" no siempre significa "funcionó".