No cocaina

La cabeza zumba un poco, el suelo respira con un bajo profundo, y el neón dibuja patrones de luz en la piel, como si la noche misma hubiera decidido hacerse un tatuaje. Las palabras se desvanecen como el azúcar en el champán: parece que tienen sentido, pero ahora no son necesarias. Cuando el corazón late más rápido de lo que el DJ puede poner la canción, y cada respiración es un pequeño "ah". Aquí el amor no se trata de dramas, sino de una locura ligera, cuando simplemente te sientes bien, cuando quieres reír y besar a todos los que se cruzan en tu camino mientras suena la música. Y hasta que el ritmo no se calme, nadie se desintoxicará.