Editto Dal Sottoscoglio

Huele a metal, calor y algo demasiado humano para la guerra. Como si de repente se hubiera encendido dentro de la base militar una lámpara de la infancia, la misma bajo la cual leían ciencia ficción sobre revoluciones justas y la hermandad de las estrellas. Los sonidos retumban, pero no de forma amenazante, sino más bien como los huesos de una máquina vieja que aún tira a pesar del óxido. Todo esto parece un desfile extraño: marchan los escombros de los imperios, los aviones vuelan en círculos sobre ellos, y en algún lugar entre los radares madura un sueño silencioso de libertad. La canción es como interferencia de radio: entrecortada, nerviosa, pero con un latido claro de esperanza. Y eso incluso da un poco de vergüenza: la destrucción no debería ser hermosa así. Y aun así, es hermoso. Marco Castello — voz, guitarra clásica; Lorenzo Pisoni — bajo; Leonardo Varsalona — teclados; Giuseppe Molinari — batería; Danny Bronzini — guitarra eléctrica, coros; Andrea Urianello — saxofón alto; Stefano Ortisi — saxofón tenor; Pietro Lupo Selvin — saxofón barítono, coros; Ingeniero de sonido: Olmo Giani Ingeniero de sonido: Mario Grimaldi Grabado por: Damiano Festa