Tonto por ti

Un coqueteo que te hace perder la cabeza, como el vino en una terraza medio vacía. El acento, los vaqueros, la sonrisa... Todo se combina en una reacción química en la que la razón queda inmediatamente fuera de juego. Parece una simple conversación, pero ya hay chispas en el aire y cada frase suena como una insinuación.

Todo es fácil, un poco descarado, sin compromisos ni dramas innecesarios. Simplemente el encuentro de dos personas que por un segundo decidieron no fingir ser inteligentes y reservadas. Y que los amigos se burlen, y que el tiempo sea oro, ahora mismo se derrite lentamente, como el hielo en una copa. Porque ser «tu tono» es a veces la única manera de vivir de verdad.