¿Y si lo hacemos?

A veces, el amor es simplemente un hermoso error prolongado en el tiempo. Parecía que los dos intentaban entenderse, pero las palabras se confundían, los sentimientos se perdían en las pausas y la trama se desmoronaba en algún punto entre «quédate» y «bueno, da igual». No salió como en los cuentos de hadas, pero sí de forma honesta: con calidez, confusión y un par de escenas que no apetece volver a ver, pero que es imposible olvidar.

Ahora solo queda el silencio, denso como el invierno fuera de la ventana. No hay tragedia en él, solo una tranquilidad cansada y un ligero pesar por lo que podría haber sido. Pero quizá no debía ser así.