рожон

A veces el cansancio no es por el trabajo, sino por mantenerte demasiado tiempo en control. Cuando quieres gritar y abrazar al mismo tiempo. Cuando te esfuerzas al máximo por no romper la vajilla, aunque por dentro suene más fuerte que la porcelana contra el azulejo. Todo parece simple: no te metas en problemas, no digas de más, no recuerdes el pasado. Pero en algún lugar bajo la piel, de todos modos, cruje, hermoso, hasta el dolor, como si el corazón hubiera decidido tocar un acorde de despedida y luego fingir que simplemente se descompasó. El amor en esos momentos no se parece a una fiesta, sino más bien a una tarde tranquila en la cocina, donde huele a cena y a cosas no dichas. Dos personas sentadas una frente a la otra, cada una con su cansancio, su culpa, sus "perdones". Alguien juega mal, alguien simplemente se ha pasado de la raya. Pero en esta falsedad hay una calidez extraña, como si siguieran vivos mientras haya alguien a quien decir "te necesito tanto".