Не было бы разницы

Las palabrotas aquí son como especias en un shawarma callejero: picantes, descaradas y, por alguna razón, deliciosas. Cada línea parece escupir a la decencia, pero lo hace con tal elegancia que es imposible no reírse. El mundo es un lugar donde "pedalea hasta que te den", y la filosofía de la supervivencia es tan simple como un taburete en la cocina del abuelo: no pidas, no esperes, simplemente hazlo, incluso si todo se va al garete. Bajo este ruido de pimientos groseros se esconde algo casi conmovedor: una honestidad cansada. Ese momento en el que en lugar de un discurso motivacional pones una canción sucia y de repente todo encaja. No sobre el bien y el mal, sino sobre cómo vivir cuando no hay otras instrucciones.