Still So Icy

Cuando el brillo no es solo un accesorio, sino todo un estilo de vida. Todo brilla, resuena y gira, como si el mundo fuera un desfile infinito de lujo al ritmo de bajos y autotune. Aquí el dinero no se cuenta, se habla con él. Cada palabra es como un diamante, cada movimiento es como un cheque de seis ceros.

Pero detrás de todo este glamour gélido se percibe la emoción de un niño que juega a la vida al máximo: tigres en casa, oro en los dientes, hielo en todos los sentidos de la palabra. Y aunque todo a su alrededor brilla por el reflejo de la luz, el adorno más importante es esa sonrisa que no se puede comprar ni por un millón.