this is me trying

Hay una sensación como si estuvieras parado bajo la lluvia frente a la casa de otra persona. Parece que nadie te ha echado, pero por dentro ya estás empapado hasta los huesos. Y lo único que puedes decir no son excusas, ni un grandilocuente «lo siento», sino simplemente: «lo intento». Sin puntos, porque los puntos suenan demasiado seguros para aquellos que solo están aprendiendo a respirar de nuevo.

Aquí se oxidan las victorias pasadas, las relucientes «ruedas» del pasado. Aquí la mente no es un salvavidas, sino una pesa en los pies. Y, sin embargo, la persona permanece, con voz temblorosa, desconcertada y con un poco de valor para aparecer en el umbral. Porque a veces lo más honesto que se puede hacer no es hacer alarde de fuerza, sino admitir: «al menos lo intento».