That Girl

Humo, ritmo y una mirada de la que no puedes escapar: todo como en un club, donde siempre es tarde y las reglas se escriben sobre la marcha. Aquí, la sensualidad y la audacia van de la mano: el ritmo es como una orden de acción, las palabras son disparos cortos y cada frase mantiene la atención, como si fuera una pequeña escena al final de la noche. La combinación de descaro y lujo es como unas zapatillas con un bolso de marca: divertida y orgullosa al mismo tiempo.

Hay en esta canción un poco de humor grosero y una pizca de elegancia oriental, pero debajo de todo eso hay una cálida confianza en sus raíces. Como si alguien susurrara: «se puede ser ruidoso y al mismo tiempo saber el precio», y en eso coinciden la atracción de la calle y el paso festivo y complaciente. Un poco de provocación, un poco de comodidad y la sensación constante de que ahora va a empezar lo más interesante.