Sensational

Parece que, en algún lugar entre el ritmo y la respiración, nació ese sentimiento en el que todo es sencillo: simplemente gusta y ya está. Sin dramas, sin filosofía, solo dos personas bailando al ritmo, donde incluso las pausas suenan. El aire es denso, como por el calor o por el deseo, las palabras se pegan al cuerpo como la luz de un letrero de neón. El mundo se reduce a los movimientos, al olor de la piel y a la melodía, que es como un pulso: no se puede detener, y tampoco se quiere. Todo lo demás pierde sentido cuando tienes cerca a alguien que suena como tu canción favorita en repetición.