Филки

Una noche llena de humo y una ciudad que ha cambiado sus letreros: en el aire hay un sabor a lo que no se dice: cigarrillos, reflejos en los escaparates y un montón de minutos que, por alguna razón, se escapan todo el tiempo. Aquí suena una fanfarronería con un toque de melancolía: una voz que deambula por las calles de Riga, ya sea dando órdenes o buscando una mirada perdida, y cada estribillo es como una breve correspondencia con el pasado, enviada demasiado tarde.

Toda esta bravuconería es como un intento de lidiar con la falta de vida: las palabras altisonantes sobre los éxitos y los despidos se hacen eco del reconocimiento de que no hay ni segundos ni minutos para el ser amado. El resultado es una mezcla de descaro y ternura, cuando se quiere agitar los puños en la jungla de asfalto, pero en el bolsillo solo queda un cigarrillo y un recuerdo. Un poco duro, un poco divertido, pero acogedor, como un viejo impermeable que sigue calentando.