Haute tension

Aquí todo se basa en la repetición, como si la calle marcara el ritmo y las frases se convirtieran en percusión. «Ce n’est pas normal» suena a veces como una acusación, a veces como un mantra, y detrás de él late un groove que no pide permiso: los pies se mueven solos.

La música aquí recuerda a una noche caótica en el barrio: ruidosa, atrevida, con una mezcla de peligro e ironía. Las palabras «voyou» y «bandit» no se presentan con un patetismo pesado, sino con un matiz ligero, casi burlón. El resultado es una extraña mezcla de protesta y fiesta: parece que todo es incorrecto, «anormal», pero precisamente ahí reside su normalidad: el movimiento, el ritmo y el infinito «ça bouge tout seul».