Ай молодая

Es gracioso y triste al mismo tiempo: parece que tienes toda la vida por delante, el vestido blanco cuelga en algún lugar de tus sueños, y a tu alrededor solo hay chicos con alma de adolescentes que temen incluso su propia «seriedad». El mundo parece haberse convertido en un chat sin botón de «enviar»: todos esperan algo, pero nadie se atreve.

Y ella florece. Como esa flor silvestre, obstinada y viva, incluso si a su alrededor solo hay hormigón y wifi. Un poco perdida, un poco cansada de los consejos de su madre y sus amigas, pero aún creyendo que en algún lugar aparecerá ese alguien, sin miedos, sin juegos y sin palabras como «aún no es el momento». Porque, al fin y al cabo, la juventud también es una fuerza, solo que aún no ha aprendido a ocultarla tras el cinismo.