Держи

Como si el corazón se hubiera convertido en una coraza, pero dentro siguiera viviendo una niña que no sabe cómo dejar de creer. Aquí hay cansancio por el constante «aguanta», grietas en el carácter y hielo en los sentimientos. Pero en estas palabras no hay compasión, es una petición y una promesa al mismo tiempo: ser una roca y un diamante, un apoyo y un atlante, incluso si duele.

La música es como un abrazo por los hombros: fuerte, pero cálida, con esa frágil fortaleza que parece eterna. Habla de que la verdadera fuerza no está en el hierro, sino en permanecer cerca, incluso cuando todo se derrumba, y en aguantar, con fuerza, hasta el final, sin palabras.