Veneno

Una triste banda sonora del éxito que, por alguna razón, no huele a fiesta, sino a cansancio y falta de aire. Por fuera, giras, kilómetros, «me gusta», prestigio; por dentro, facturas interminables, cama vacía y la costumbre de asimilar el dolor a cámara lenta. Como si el corazón viviera a dos velocidades: el escenario, en modo turbo; los sentimientos, en modo fotograma.

En esta música hay ternura, pero no azucarada, sino la que queda después de una pelea, en la cocina, en el suelo, cuando las promesas de «para siempre» suenan como conjuros, y aun así entiendes que nada es eterno. Es una canción sobre cómo la fama no salva de la soledad, cómo el amor puede ser veneno y aire al mismo tiempo. Y cómo, a pesar de todo, quieres volver, aunque sea con un pequeño ramo de violetas, para demostrar que aún recuerdas el olor de tu hogar.