Descripción
Una pausa resonante tras el pitido, y parece como si todo el mundo se hubiera conformado con un simple «nadie ha venido». Primero, silencio; luego, música que envuelve, como si se encendiera una vieja lámpara en una habitación vacía. Las palabras son escasas, pero por eso impactan más: hablan de que se quiere estar cerca, pero no es necesario hablar.
La canción suena como una correspondencia en la que los mensajes se quedan en borrador. Un poco triste, pero sin oprimir, más bien como una tarde tranquila con la sensación de que incluso el vacío puede ser acogedor si hay al menos la esperanza de un encuentro.
Letra y traducción
Esta canción es instrumental.