Locura

El frío invernal parece haber sido creado especialmente para poner a prueba la resistencia de la melancolía. Las bufandas, los suéteres y las mantas solo protegen el cuerpo, pero no el corazón, que tiembla obstinadamente sin el calor del otro. Cada mañana es como un jarrón con flores, frágil y demasiado bonito para tocarlo, pero sin algo vivo en su interior se vacía rápidamente.

En esta historia, todo gira en torno a una sola palabra: «locura». Una locura que no asusta, sino que cura. Mezcla los olores de la ropa, borra las fronteras y solo deja los sentimientos desnudos. No hay lógica ni plan, solo hay fuego, que dura lo que tiene que durar. Pero eso es suficiente para borrar los miedos de la memoria y recuperar la fe en las pequeñas alegrías, casi infantiles: una rosa en el pelo, una llave en la palma de la mano, una mirada capaz de cambiar el color del cielo.